Artículo para que un vendedor profesional sepa tratar las objeciones en la venta

Las objecciones

 

Consejos para que un vendedor profesional sepa tratar las objeciones

 

 

 

Hemos llegado al punto más importante de nuestra profesión: las objeciones, puesto que sin ellas nosotros no existiríamos.

¿Alguna vez te has preguntado por qué los compradores siempre tienen alguna objeción?, pues porque es el que quieren, es el que necesitan. Nadie comprará a no ser que tenga un reto, no simplemente por oponerse, si no por estar seguro de que ha tomado una buena decisión. Las objeciones pueden aparecer en cualquier fase de la venta. Durante el contacto inicial el cliente pretende no iniciar la entrevista. Durante la argumentación formulará objeciones adversas sobre el producto, si expone dudas pueden ser señales de compra. Durante el cierre, ante la necesidad de tomar la decisión dudará, quiere tener claro todo o quiere ampliar la información que ha recibido. Las objeciones son pasos por conseguir la venta. Es como una escalera que el comprador debe subir, cada peldaño es una objeción y al final, cuando llega arriba, ha comprado. Considera que las objeciones realmente son oportunidades de venta, porque te pueden dar el camino de su necesidad. Parece que algunos compradores han hecho un curso de objeciones porque las usan a la perfección.

 

 

 

Vamos a estudiarlas y veremos la forma de tratarlas y rebatirlas. Las siguientes frases son muy duras por un profesional y a menudo no se sabe que decir:

 

 

 

Es muy caro.

 

Quiero pensarlo.

 

Lo consultaré con mi pareja.

 

Puede conseguirlo más económico.

 

No, gracias ya tengo uno.

 

No lo necesito.

 

 

 

Al tratar las objeciones, debemos tener en cuenta que se pueden utilizar diferentes técnicas para rebatir de forma adecuada y sólo lo conseguiremos con una tarea preparatoria que consiste en:

 

 

 

Evidenciar una actitud positiva.

 

Saber anticiparse a las objeciones.

 

Clasificarlas correctamente.

 

Rebatir en el momento oportuno.

 

Saber aplicar la técnica más adecuada.

 

 

 

Hay muchos vendedores que ante las objeciones o la actitud del comprador, reaccionan de una forma brusca, desagradable, con ira, interrumpen a los compradores, se inician discusiones. Estos vendedores no tienen una actitud positiva y difícilmente podrán llegar a la venta.

 

En realidad se debe tener una actitud completamente diferente ante el cliente, tranquilidad, control, respira, piensa y habla, y nunca olvides que se debe procurar:

 

 

 

Acoger favorablemente sus palabras.

 

Escuchar pacientemente.

 

No perder la calma.

 

Evitar discutir con él.

 

Responder con cortesía.

 

Invitarle a que formule más objeciones.

 

 

 

Ante una objeción ya vencida, nunca debemos recordarle al comprador que estaba confundido, que teníamos nosotros la razón o de que él estaba equivocado, etc., porqué:

 

Si es por ignorancia, lo más inteligente es no herir su amor propio, indicándole que este punto o cuestión hay mucha gente que no lo conoce.

 

Si es por incomprensión, lo mejor es atribuir el error a nosotros mismos. “Seguramente no me he explicado correctamente...”

 

De esta forma eliminaremos actitudes de rebote y será mes fácil, más adelante, con nuestra actitud, podremos conseguir la venta.

 

 

 

Anticiparse a las objeciones.

 

 

 

Es muy difícil anticiparse a las objeciones, pero una manera de estar preparados es buscar los puntos débiles de nuestro producto o servicio, y tener preparado un argumento que lo invalide, porque el cliente atacará por este punto y sólo de esta forma tendremos preparadas las respuestas habituales.

 

 

 

Clasificarlas correctamente.

 

 

 

Hay diferentes clasificaciones de objeciones, hare una clasificación muy sencilla pero igualmente valida.

 

 

 

Hay dos tipos de objeciones: las excusas, que son solamente reflejos que usa el comprador por espaciar el proceso de la venta y tener más tiempo para reflexionar, pensar, y las auténticas (o reales), que son una razón válida por la cual no comprarán. Dentro de estas últimas, encontramos dos razones por las cuales una persona no decide comprar: o no tiene la necesidad del producto o no tiene el dinero para comprar.

 

 

 

Las excusas las clasificaremos en tres grupos:

 

 

 

No adversas: no comporta un actitud de rechazo; el cliente todavía no está en actitud de aceptar, porque no ha entendido todas las explicaciones, todavía no tiene toda la información para darse cuenta de los beneficios que obtendrá o porque no está satisfecho con nuestro argumento y quiere alguna ampliación del mismo. Este tipo de objeciones son beneficiosas para el vendedor, porque orienta sobre la opinión del comprador, y la resolución de la objeción condicionará el cierre.

 

 

 

Adversas: son muy difíciles de tratar y cuando aparecen son realmente un problema. Veremos más adelante el tratamiento que se debe dar.

 

 

 

Pretexto: son cortinas de humo. Siempre son sorprendentes y con fundamentos ilógicos, veremos también como tratarlos

 

 

 

 

 

Rebatir en el momento oportuno

 

 

 

Por regla general contestaremos con la mayor brevedad posible a las objeciones para adelantar en la venta, pero vale la pena no intentar rebatir, cuándo: o bien no dominamos el tema o hacen referencia al precio, pero siempre haciendo un acuse de recibo. La técnica sobre el precio lo veremos más adelante.

 

 

 

Aplicar la técnica más adecuada

 

 

 

No es suficiente conocer las técnicas, debemos procurar desarrollar una aptitud para aplicar la más adecuada en el momento oportuno. Hay vendedores que tienen una lista con todas las objeciones que se encuentran y el tratamiento dado para poder practicar y revisar hasta conseguir utilizarlos con facilidad y convicción.

 

 

 

Técnicas de tratamiento de las objeciones “no adversas”

 

 

 

Las clasificaremos en cinco tipos:

 

 

 

Falsas: Se plantea cuando el comprador no conoce suficientemente el producto o servicio, pese a que pueden parecer adversas, no lo son, pues demostrando su falsedad se convertirán fácilmente en argumento de venta. 

 

 

 

Malintencionadas: El cliente pretende molestar al vendedor, conseguir condiciones especiales, desvelar secretos del vendedor. Este tipo de objeciones pueden derivar en discusiones y enfrentamientos, pueden aparecer en cualquier punto del proceso de la venta incluso cuando el comprador ya ha aceptado.

 

 

 

Válidas: El cliente quiere más información adicional, no está del todo convencido, no tiene todas las dudas resueltas, quiere estar plenamente seguro de que toma la decisión adecuada. Son objeciones hechas por compradores técnicos o desconfiados. Si se refuta correctamente, se gana la confianza y elevamos las oportunidades del cierre.

 

 

 

“Me parece un tema complicado y poco rentable...”

 

“No me interesa, este servicio me parece muy caro...”

 

 

 

Ilógicas: son objeciones débiles, sin fundamento, pero que en realidad sirven por ocultar otros de mayor importancia. El vendedor debe tener en cuenta este hecho y no responderá ni intentará rebatir, porque incidir en esta circunstancia no lleva a nada. Nos debemos concentrar en descubrir la objeción real

 

 

 

“Ustedes no ponen pegas para ingresar dinero, pero a la hora de querer retirar sí...”

“Están muy centralizados...”

 

 

 

Débiles: son objeciones válidas, pero fáciles de rebatir.

 

 

 

“Están lejos de mi domicilio...”

 

“El cajero automático es muy complicado”

 

 

 

Las técnicas para rebatir, son las siguientes:

 

 

 

Método de descargo:

Cuando el cliente formula una objeción falsa o mal intencionada, lo más conveniente es negarla de forma abierta pero cargando la culpa de la imprecisión sobre nosotros mismos o en terceras personas. En cualquier caso, el método se debe utilizar con precaución porque toda negativa directa o demostración del error, puede molestar al comprador, por esto no está recomendado para vendedores inexpertos.

 

 

 

                        Cliente            Y si nos roban la tarjeta por internet... a pagar “

 

Empleado       “me alegro que mencione este tema, por que es una idea que algunos clientes desconocen, si me permite le explicaré la garantía de compra segura por internet, mire...”

 

 

 

Método de aceptación condicionada :

 

También se conocido por “sí.....pero”. Lo fundamental de este método es que el comprador se encuentra con una sorpresa, puesto que cuando un comprador formula una objeción, lo que espera, es que el vendedor le responda, pero en este caso el vendedor inicialmente está conforme con su opinión, mas adelante el vendedor rechazará con cuestiones que el comprador ya no recuerda y o ha pasado por alto cuando formulaba la objeción, o bien lo planteamos nosotros desde un punto de vista diferente.

 

No hace falta utilizar el “si” en un principio, se puede utilizar :

 

 

 

                    “Comprendo su opinión... por otro lado”,

 

                    “Hay mucha verdad en el que usted dice....aun así considere que...”,

 

                    “Hace tiempo yo habría dicho lo mismo....pero permítame que le explique lo que descubrí”(la mejor de todas).

 

 

 

Método de compensación :

Muy parecida al anterior y la mejor para utilizar con las objeciones auténticamente válidas. Se trata en admitir con toda la sinceridad la objeción y demostrar seguidamente las ventajas que puedan compensar. El resultado no está garantizado, pero con este tipo de objeciones válidas, no queda otro remedio

 

 

 

Cliente            “No estoy interesado en tener fondos de inversión, prefiero comprar un piso”

 

Empleado       “Si estoy de acuerdo, quizás puede obtener más ganancias ¿qué rentabilidad al calculado?, ¿a quién se lo alquilará?, ¿conoce de cerca alguna persona con problemas para cobrar el alquiler? ¿conoce el plazo para poder lanzar un inquilino que no paga? ¿las garantias será suficientes? y sobre todo ¿ha pensado que no tendra  liquidez?”

 

 

 

Método de transferencia o Boomerang :

Se apoya en la teoría de que cualquier objeción se puede convertir en un argumento de venta, se debe desarrollar siguiendo siempre este guión:

 

 

 

a) Admitir la objeción

 

b) Aislar la objeción

 

c) Condicionar implícitamente el cierre de la venta a su resolución

 

d) Volverla al comprador forma de argumento.

 

 

 

  Cliente            “Con este tipo de interés no hace falta dejar el dinero en los bancos, mejor debajo del colchón”

 

                        Empleado

 

                         a) Admitir la objeción:  ”Tiene razón no conviene”

 

                        b) Aislar la objeción:“Pero realmente ¿no hay otro motivo verdad ?. ¿ no es por la liquidez  de la inversión o la seguridad de la                                     inversión, no?

 

                        c) Condicionar: ¿Entonces entiendo que le puede interesar un tipo de inversión que, sin renunciar a la liquidez y a la seguridad usted                             obtendrá un beneficio?”

 

                        d) Volverla al comprador:“Precisamente por este motivo le estoy ofreciendo ... si me permite le explicaré….”

 

 

 

Este método es el más efectivo, y además se puede utilizar prácticamente en todas las objeciones no adversas y en algunos pretextes también, es recomendable incluso para los vendedores inexpertos, pero siempre respetando el punto de vista del comprador.

 

 

 

Método de las preguntas o método Socrático: se utiliza fundamentalmente para descubrir las objeciones ocultas, para rebatir más fácilmente las válidas o responder adecuadamente las débiles y las ilógicas. Consiste en no responder directamente las objeciones del comprador, sino hacer preguntas que lo fuercen a decir las razones de verdad, las razones ocultas. La principal ventaja del método, reside en que como el cliente se tiene que esforzar en ampliar sus argumentos negativos, da puntos débiles que el vendedor puede aprovechar y que incluso, en determinadas ocasiones, dejan el camino medio hecho para la venda. También se puede utilizar para solucionar objeciones sobre el precio:

 

 

 

                 “¿Cual sería para usted un porcentaje adecuado?”

 

                “¿Cuando demasiado alta se esta comisión para usted?”

 

                “¿Está dispuesto a resolver y cerrar la operación si resolvemos este detalle?”

 

                “¿Esta es la única objeción a nuestro servicio?”

 

 

 

Método de convertir la objeción en pregunta:

Es similar al método de transferencia, consiste en admitir la objeción, aislarla y condicionar el cierre de la venta a su resolución, pero difiere en que en este caso se ha de intentar transformar la objeción en una pregunta implícita

 

 

 

  Cliente            “ Ustedes los comerciales, solo quieren sacar el dinero a cambio de no nada”

 

                        Empleado       “¿He de entender que usted abriría una cuenta si le doy algo a cambio?”

                        Cliente            “Naturalmente...”

 

 Empleado      “Pues verá Sr... solo por abrir la cuenta en mi entidad, le daremos gratuitamente todos estos servicios, descuentos, etc....”

 

 

 

Método preventivo:

Se trata de anticiparse a la objeción, precisamente porque la conocemos, y de esta forma seremos capaces de anularla antes de que se plantee.

 

 

 

Método dilatorio:

En cualquier momento de la argumentación, pueden salir objeciones válidas que es conveniente sean tratadas más adelante por el vendedor, como por ejemplo:

 

 

 

                “se trata de una buena observación, pero si me permite, más adelante le daré la información necesaria..”

 

 

 

También hemos de utilizar este método cuando no sabemos muy bien cómo enfocar la cuestión o no estamos seguros de la respuesta que debemos dar a la objeción, en todo caso haremos uso ante el planteamiento de una objeción precoz sobre el precio del producto por parte del comprador.

 

 

 

Método de fusión:

Utilizaremos este método cuando el comprador bombardea con una tanda de objeciones, hemos de identificar aquellas que sean más débiles y prescindir de las más fuertes que serán tratadas más adelante.

 

Esta capacidad por captar aquellas objeciones débiles se plantea dificultosa, de forma que exige una gran habilidad por reconocerlas, pero sin duda es la mejor forma para contrarrestarlas, y así poder centrar nuestros esfuerzos en aquellas que creemos disponer de respuestas más concluyentes.

 

 

 

Método modificativo:

En ocasiones el comprador utiliza una serie de objeciones válidas de manera exagerada y excesiva; ante esta actitud del comprador, nosotros trataremos de hacerle repetir las objeciones planteadas e intentaremos que dé más explicaciones para que amplié, a fin de que estas pierdan fuerza, de esta forma se puede conseguir que el comprador se tranquilice.

 

 

 

En ocasiones cuando un cliente “se calienta solo con sus objeciones”, se violenta, es contraproducente intentar reducir nosotros esa ira, simplemente no hay que hacer nada, mantenerse al margen sin posicionarse ( y ante todo: jamás decir la frase "no se ponga nervioso")

 

 

Técnicas de tratamiento de las objeciones adversas

 

 

 

Las objeciones adversas son aquellas que suponen una postura definitiva del comprador y buscan el rechazo de la compra, normalmente el vendedor tiende al desaliento a considerar que la batalla está perdida. Si el cliente muestra al vendedor un abanico casi infinito de objeciones adversas, verdaderamente este podría caer en el desaliento, puesto que además, y según aquello que ha dictado la experiencia, habría pocas posibilidades de reducirlas, sobre todo las de carácter general. Por esto es esencial su identificación, para poder tratarlas según las normas siguientes:

 

 

 

“No me conviene”. “No me interesa.”. “No me convence”

 

 

 

Pueden ser objeciones ciertas o falsas: si son ciertas no se puede hacer nada porque son absolutamente irrebatibles, y no debemos continuar porque lo único que conseguiremos es cerrar la puerta para otras ocasiones. Si debemos continuar, recuerda que nunca preguntaremos :

 

 

 

 -¿por qué?-

 

 

 

 

Puesto que su atención se centrará en exponer y ampliar sus razones y todavía será más difícil. Si es falsa, pueden ser reflejo de una acción defensiva del comprador ante los esfuerzos del vendedor por colocar el producto, o bien puede venir dado por la deficiente presentación que hemos hecho, repasaremos mentalmente lo que se ha dicho y dedicaremos un tiempo preventivo hablando con el comprador sobre temas que vayan relacionados estrechamente con el producto, hasta detectar una necesidad que puede estar cubierta con un beneficio del producto.

 

 

 

“No quiero este producto” .

 

 

 

Surge cuando el comprador ha tenido experiencias anteriores desagradables y se negará de principio, y sin razón aparente, a prestar atención a nuestra oferta, escuchará con indiferencia total y se mostrará sarcástico y/o beligerante.

 

 

Existe un procedimiento para tratar esta objeción con los siguientes pasos:

 

 

 

1. Iniciar una interrogación para conocer con exactitud las causas de su actitud

 

2. Dejar que hable y exponga todas sus razones sin interrumpir, escuchando con toda atención mostrándonos interesados con el tema (tomar anotaciones).

 

3. Agradecer sus opiniones y manifestar que sus recomendaciones serán tomadas (si es el caso) en consideración a quien corresponda.

 

4. Evidenciar con la máxima amabilidad (aportando pruebas), de que la situación actual no es la misma.

 

5. Intentar persuadir de que sus perjuicios contra el producto o contra nosotros puede ser contrario sus intereses.

 

6. Dar toda clase de garantías, de que en el caso de aceptar, mejorará su opinión.

 

 

 

Si nos esforzamos básicamente en  hacer hablar al cliente sin interrumpir y escuchándole, (pese a de que no tenga la razón) nos daremos cuenta de que no es difícil llegar a un punto para volver a la venta.

 

 

 

“Es demasiada caro”

 

 

 

Para la mayoría de vendedores, el precio es el aspecto de la oferta o del producto que más respeto les da, puesto que continuamente muchos de ellos se ven abordados y tienen en el pensamiento que con el precio del producto que ofrecen no es posible vender. En realidad el problema no reside en el precio sino en el vendedor, debido a que se muestra, la mayoría de ocasiones, vulnerable a las objeciones de este tipo, justamente por esta razón, trataremos con cierta amplitud este tema en cuatro puntos básicos:  

 

A.- Cuando hablaremos del precio.

 

B.- Como hacerlo.

 

C.- Cuando responder a las objeciones sobre el precio.

 

D.- Como rebatir.

 

 

 

A.- Cuando hablaremos del precio:

Resulta errónea hablar de precio si antes no hemos hecho toda una exposición de los beneficios de nuestro producto, porque de esta forma el cliente, lógicamente, no puede tener conocimiento. Por este motivo, es mejor dedicar un cierto tiempo ha hablar con el cliente sobre sus necesidades, explicarle las características y beneficios,  y sólo, cuando vemos que el comprador valora lo que hemos dicho, se hablará del precio.

 

Hay muchos compradores que sólo valoran el coste de las cosas:

 

 

 

“esto se demasiadas caro” o “esto no está bien de precio” .

 

 

B.-Como hacerlo, existe técnicas para "decir" el precio:

Técnica del bocadillo o hamburguesa. Con esta técnica lo que se pretende es dejar en la mente del comprador (en el momento en el que dejamos de hablar), el recuerdo de las ventajas, el factor positivo en vez del factor negativo del precio;  No se puede garantizar un éxito absoluto, pero es mejor utilizar esta técnica que dejar de hablar sobre precio.

 

 

 

La construcción de la frase es la siguiente:

 

 

 

                                                              beneficio   +   precio   +   beneficio.

 

 

 

Técnica de reducción por ilusión “óptica”: Es aconsejable indicar los precios reduciendo a unidades pequeñas, pese a que se vende por toneladas, metros,...etc., es mejor hablar en gramos, centímetros, etc... o cuando la venta se produce en plazos, es aconsejable habla de los pagos mensuales que no hablar del pago total a liquidar.

 

 

 

Técnica comparativa: Consiste en comparar el precio del producto con otro similar pero  más caro. Pese a que se explica el por qué de su encarecimiento, el comprador quedará deslumbrado por la diferencia del precio del más caro con el que le ofrece y de esta forma crearemos, en la mente del comprador la impresión de que está obteniendo una rebaja indirecta.

 

 

 

Técnica de la insignificancia: Consiste en llamar la atención del comprador con productos de bajo coste, y una vez que ya nos encontramos en el punto de la negociación, evidenciarlo de que por sólo “un poco o un tanto más” puede obtener otras de calidad superior.

 

 

 

C.-Cuando responder a las objeciones sobre el precio:

Ya hemos dicho antes, que podemos decir el precio cuando el comprador haya escuchado todo nuestro argumento, pero en ocasiones puede suceder que pida información del precio antes de lo previsto, momento en el que nosotros todavía no estaremos en disposición de responder. Ante esta situación hay tres métodos por desviar su atención:

 

 

 

·· Desviación mediante una apelación lógica, basada en hacerle comprender de que es más importante saber primero los beneficios, que se derivan de la utilidad del producto, que no el coste final del mismo.

 

·· Responder de una forma parcial a la pregunta del comprador, en vez de dejar evidenciado el precio total, hablaremos de los pagos parciales o de la entrada, etc.

 

·· Pedirle directamente que nos permita aplazar la respuesta hasta que se le explique todo lo que se está ofreciendo.

 

 

 

D.-Como rebatir.

Hasta ahora hemos visto diferentes técnicas preventivas, pero a pesar de todo, utilizando las más rebuscadas técnicas, al final nos puede decir:

 

 

 

“si pero, es demasiado caro”

 

 

 

Si hemos hecho una correcta exposición de la relación entre beneficio y precio, ¿por qué cuestiona?. Veremos a continuación las causas y la forma de tratarlas:

 

 

 

 - Se trata de un pretexto: el comprador no quiere comprar, ha buscado esta excusa para no comprar.

 

Tratamiento : no rebatir, investigar para averiguar las verdaderas razones y centrar sobre ellas la argumentación posterior.

 

 

 

 - El cliente busca mejores condiciones, descuentos, reducción de precio, etc.

 

Tratamiento: negociar las condiciones que pide. Si no son aceptables incidir, sobre el valor del que se está ofreciendo y demostrarle que están por encima del precio. Si son aceptables, tampoco conviene llegar inmediatamente al acuerdo, si no exponer de que es un trato especial, una excepción, etc., este último siempre que la dirección autorice estas estrategias, del contrario el comprador pensará que es normal la rebaja y pedirá mas.

 

 

 

La competencia ofrece mejor precio:

Solo podemos potenciar al máximo las otras ventajas que tenga nuestro producto. De todas formas, si solo le mueve el ánimo del dinero, la batalla ya estaba perdida. El valor que el comprador ha supuesto es inferior a su precio, es decir, no ha establecido una correlación correcta entre estos conceptos.

Tratamiento: continuar con la argumentación, incidir en los beneficios de nuevo.

 

 

 

“Estoy satisfecho con la competencia”

 

 

 

Siempre hay una búsqueda de nuevos clientes, y esta es la principal objeción, ante esta, el vendedor tiene tres posibles frentes para rebatir:

 

 

 

-        Destacar los factores positivos de nuestro producto u oferta, pese a de que sean muy obvios, puesto que es posible que la competencia no haya hecho la exposición. No siempre el cliente conoce las ventajas de la competencia.

 

-        Destacar el prestigio que supone trabajar con nosotros

 

-        Destacar las ventajas de la diversificación

 

 

 

De todas formas hay veces en que debemos ser más agresivos, y utilizar respuestas fabricadas ante ciertas respuestas.

 

 

 

“ Ya estoy bien así”,

 

contestación : ¿Y no le gustaría estar mejor?

 

 

 

“No tengo ganas de cambiar”,

 

contestación : ¿dejariá de ganar dinero por este motivo?

 

 

 

“No tengo tiempo para recibirle"

 

Puede que sea una objeción cierta o puede que se trate de una simple excusa, la única forma de tratarla es con dos formas agresivas:

 

 “Sé que usted tiene prisa pero, ¿por qué no me permite sólo cuatro minutos?” ,

 

En este momento te sacas el reloj y sin esperar respuesta dices,

 

“No haré una exposición extensa sólo mencionaré los puntos de mayor interés para usted” .

 

 

 

Si el comprador no centra su atención en tus explicaciones debido a que se encuentra trabajando (o lo aparenta) o está atareado, sólo hace falta que hagas unos pasos (sin hablar) hacia algún lado para que desvíe su atención hacia tú estela.

 

 

Otra manera de desviar su atención de donde está centrado, es diciéndole lo siguiente:

 

 “Sé que usted está ocupado y en realidad yo también, y dado de que si no estuviera totalmente convencido de que le puedo ayudar, no desperdiciaría ni su tiempo ni el mío, seré muy breve, sólo le hablaré de los puntos más importantes”

 

 

 

“No tengo capacidad de decidir, lo debo hablar con mi pareja” :

 

Es posible que sea cierto, y entonces estaremos perdiendo el tiempo. Pero también es posible que la mayoría de veces no sea cierto, se trataría de una excusa para dilatar la decisión. Nuevamente hemos de utilizar frases con cierta agresividad:

 

 

 

“Lo entiendo, puesto que está tan interesado. Para que pueda explicarle a su pareja, ¿qué punto le gustaría ampliar?”

 

 

 

“Lo entiendo, usted tiene ahora toda la información sobre el producto y sus beneficios, mientras que su pareja no tiene esta información por que no está aquí. ¿Qué duda puede tener él/ella?”

 

 

 

“Aun obteniendo un beneficio claro para ustedes, ¿usted no puede decidir? (ojo con esta, es peligrosa)”

 

 

 

Después de estas frases siempre debemos hacer un silencio hasta que hable el comprador, seguramente confesará la objeción real.

 

 

 

“No deseo cambiar”:

 

Hay  objeciones que no vienen dadas por razones lícitas y razonables; muchas vienen dadas porque las personas somos animales de costumbres y nos cuesta mucho hacer cambios, modificar nuestras costumbres y a menudo, mostramos desconfianza ante ventajas aparentes y sobre todo, oponemos resistencia a hacer un esfuerzo por el cambio.  

 

 

 

Para esta situación hace falta que utilizamos tres procedimientos:

 

- Demostrar al comprador que realmente supone más esfuerzo no realizar el cambio que llevarlo a término.

 

- Evidenciar de que en caso de una negación al cambio, las pérdidas serán evidentes.

 

- Ofrecerle todo tipos de pruebas y garantías de que el cambio le aportará beneficios.

 

 

 

Después de todo el proceso de venta, después de argumentar y tratar todas las objeciones que nos han plateado, nos encontramos con las frases siguientes:

 

 

 

“Déjeme tiempo para pensar”.

“Es mejor hacerlo de aquí a unos días”.

“Si, me interesa pero ahora no puedo”, etc.

 

 

 

Estos reflejos del comprador son aplazamientos, si bien no suponen una actitud de rechazo, impiden el cierre, situación peligrosa y que sin duda puede conducir al enfriamiento del comprador y su pérdida. En este caso podemos plantearemos las siguientes frases:

 

 

 

“ Señor ..., estoy seguro que a sus 45 años, (procuraremos calcular su edad más bien hacia menos) debe tener la capacidad necesaria por tomar una decisión inteligente, ¿estoy equivocado?, pero puede ser le falta información, ¿qué quiere saber, que necesita?”

 

 

 

En este momento argumentará la objeción real; en caso de que no fuera así el siguiente es: mirarlo fijamente a los ojos, bajando la voz, y preguntas el siguiente:

 

 

 

“Señor, comprar es como jugar a fútbol; en el campo de juego puedes hacer goles pero en el banquillo sentado no se puede marcar”. Ahora que tiene toda la información sobre el producto es el momento de decidir, ¿o cree que he olvidado algún detalle?”

 

 

 

Aquí te dirá la información que carece o te dirá que no. Entonces bajando la voz, preguntas:

 

 

 

¿Le pido una tarjeta para su pareja también?

 

 

 

 

 

Técnicas de tratamiento de los pretextos.

 

 

 

A menudo,  la técnica del comprador para cortar de raíz las exposiciones del vendedor es formular pretextos, sin que esto suponga por parte suya, la necesidad de dar explicaciones, y continuamente ocultará las verdaderas razones, por lo que resulta inútil intentar rebatirlas. Ante la posibilidad de que se pudiera formular nuevas exposiciones,  el comprador encontraría otras objeciones sin dejarnos opción. En el caso de las objeciones muy duras, ilógicas y malintencionadas, no vale la pena el esfuerzo porque  no obtendríamos nada, lo que debemos hacer es: responder con un monosílabo o una sonrisa y continuar con la presentación o argumentación.

 

En el caso de que fueran objeciones dudosas o débiles, pero muy continúas, debemos responder con preguntas abiertas, pedir su opinión por obtener más pistas, para poder clasificar el tipo de objeciones y poder tratarlas. La misión del vendedor es rebatir objeciones mediante respuestas que satisfagan al comprador, por esto debemos superar los pretextos y averiguar qué es realmente aquello que se opone a la venta.

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